Bitácora 15/10/2013

ENTRENAMIENTO (Sesión 1)
Hoy es nuestra
primera sesión de entrenamiento a cargo de Emmanuel y Mark como nuestros coach.
Aunque Emmanuel se fue al poco rato porque tenía algo más que hacer me dio la
impresión de que él sería más amable que Mark quien tomó el papel del policía
malo, estoy en una clase con él así que no me dejo asustar, normalmente cuando
me encuentro con este tipo de personalidades me mantengo muy a la defensiva,
estoy tratando de controlar esto pero no me resulta tan fácil, nos muestra los
lineamientos del juego y nos hace saber que no tolerará ninguna falta nuestra,
no me preocupo, pues si algo tengo es el ser disciplinada y entender sin
reproches que debo adaptarme a las circunstancias, sin embargo, no creo que
este sea el único fin del entrenamiento, pero aún no entiendo muy bien de que
se trata. Al parecer se tomaron un tiempo para hacernos unos gafetes, no pude
evitar pensar que ahora tengo 2, el “de haberlo sabido” también pasa por mi
cabeza.
Luego jugamos
encantados, hubo un momento en que me fue complicado porque no estaba segura de
quién encantaba y quien no, así que hice lo que siempre hago cada vez que me
encuentro con un problema que no conozco, me detuve en un rincón y observé lo
que pasaba, cuando veía que alguien encantaba a mis compañeros los desencantaba
inmediatamente y estos salían corriendo mientras yo me quedaba en el mismo
lugar, fácilmente me confundían con alguien que ya estaba encantada así que no
se tomaban la molestia de tocarme y repetir las palabras mágicas que me dejarían
fuera del juego temporalmente, mientras estaba ahí pude admirarme de la forma
en que algunos de mis compañeros se subían a las bancas, ellos se estaban
entregando a la actividad, yo, a pesar de tener una especie de estrategia, no.
También pude darme cuenta de que algunos de mis compañeros parecían más
imprudentes que entregados al juego, corrían sin saber si desencantaban a quién
estaba encantando, corrían sin saber que se dirigían a quien los podría
paralizar y otros encantaban a quienes les estaban ayudando en ese deber. Aún
así, ellos parecían estarse divirtiendo más que yo.
Al final, nos regalaron una pulsera que nos
ayudará a medir que tanto nos quejarnos, “no suelo quejarme mucho”̶ digo para mí misma.
TAREA: No quejarnos
No hay comentarios:
Publicar un comentario